De acuerdo a un artículo de Moya K Mason, los reportes de la firma Dun & Bradstreet mencionan que:
La tasa de fracaso de nuevos negocios está entre el 70 y 80% en el primer año
Sólo la mitad de los que sobreviven se mantienen los siguientes 5 años.
(Esto significa que en el mejor de los casos sólo el 15% de los negocios que inician este año estará en el 2022).
Y esta es la parte de la nota que más me sorprendió:
Y de estos negocios “FALLIDOS” sólo el 10% cerró involuntariamente, es decir, debido a bancarrota.
El restante cerró porque el negocio: No era “rentable”, no proporcionaba el nivel de ingresos “esperado”, o era “mucho” trabajo para el resultado (más caro el caldo que las albóndigas).
Lo que yo entiendo de esta estadística es que sólo el 10% llegaron hasta las últimas consecuencias, y por lo tanto el 90% decidieron cerrar antes de llegar a las últimas consecuencias.
Digamos que decidieron cerrar porque el negocio no cumplía con sus expectativas
¿Qué hubiera pasado si sus expectativas hubieran sido más flexibles?
Soy de la idea de que si fuera así tendríamos más negocios durante más tiempo.
Permíteme explicarlo con una analogía, imaginemos un negocio como un matrimonio.
El día que te casas es el día que abre las puertas tu negocio.
Haces una ceremonia (inauguración) invitas a familiares y amigos y durante esas horas en la que entre disfrutas de las felicitaciones eres la mujer/hombre más feliz del mundo, tu sueño se ha cumplido, TIENES UN NEGOCIO.
Y a partir de ahí comienza la luna de miel.
A diferencia del matrimonio, la luna de miel no termina cuando regresas de viaje, pensemos que la luna de miel dura todo ese tiempo en que continuas enamorado de tu negocio y eres feliz con él sin importar el reto que se aparezca.
Durante esa luna de miel TODO SE PUEDE, TODAS SON BUENAS NOTICIAS, y TIENES EL TIEMPO DEL MUNDO para dedicárselo a tu amado negocio.
Conforme pasa el tiempo también pasan cosas empiezan algunos problemas y lo inevitable ocurre, la luna de miel termina, dejas de estar enamorado.
En algunos casos pueden pasar años, en otros casos la luna de miel puede durar 3 horas.
Tarde o temprano la luna de miel se termina.
Lo que sucede después es increíble.
De repente dejamos de estar enamorados del negocio, y por primera vez desde que empezamos con el sueño (de tener un negocio) abrimos los ojos y vemos la realidad.
Nos damos cuenta de que un volante no es suficiente para generar ventas, o que tu empleado favorito al que le tenías toda la confianza del mundo te esta robando desde hace quien sabe cuanto, de que los impuestos se pagan independientemente de que tengas o no tengas dinero, de que no es tan sencillo saber cuánto ganaste en realidad, de que el banco no presta por una buena idea, de que la nómina es más cara de lo que creías, y de que a tu competencia no le importa competir lealmente (no existe tal cosa).
Y este es el punto de quiebre.
El negocio no era lo que creías.
Y quisiera repetirlo porque es pieza fundamental: EL NEGOCIO NO ERA LO QUE CREIAS.
Puede que sigas esforzándote y haciendo lo imposible para salir a flote PERO si ya estas decepcionado, es muy probable que también decidas que el negocio no es negocio, y entonces ¡Que Dios nos agarre confesados!
A partir de ese momento pasamos de ser el eterno optimista enamorado, a ser el más pesimista deprimido del mundo.
Empieza una espiral hacia abajo en donde todo esta mal, y cada oportunidad que tienes de encontrar algo que no esta bien y es tanta la necesidad de tener razón que se necesitaría un milagro para cambiar tu punto de vista.
Por lo tanto lo inevitable ocurrirá y no sabemos si en un día un mes o un año, pero de que hay divorcio, HAY DIVORCIO.
¿Y esto a mi que Víctor?
No creo que un negocio falle por tener mucha o poca planeación. (por supuesto que afecta, pero no al 90% que dice la estadística)
Creo que ese 90% que decidió cerrar su negocio decidió hacerlo no porque hubieron problemas que no habían planeado (a final de cuentas ES IMPOSIBLE PLANEAR TODO)
Mas bien creo que estábamos CONVENCIDOS de que NO IBAMOS a TENER esos PROBLEMAS y cuando los tuvimos fue un choque tan grande que no hubo manera de soportarlo. (es como un desengaño)
Y me regreso al ejemplo del matrimonio.
Que matrimonio crees que dure más tiempo y dure feliz:
Uno en donde el novio cree que su mujer es perfecta y la idolatra y esta convencido de que ella será la que lo hará feliz por siempre.
O aquel en donde el novio la adora pero sabe que no es perfecta y que habrá problemas y grandes.
(Y ESTOY HABLANDO DE LA MISMA NOVIA)
Y hablando de Novio/Novia la aplicación a la inversa es idéntica
¿Qué pasará con el primer novio cuando se de cuenta de que su mujer es HUMANA?
Yo creo que se decepcionará.
Y creo que el segundo NO,
Simplemente porque ya esperaba lo inesperado.
En nuestro caso pasa exactamente lo mismo.
No es que ocurran cosas no planeadas, es que creemos que todo será perfecto lo que hace que nos decepcionemos y TOMEMOS LA DECISIÓN DE DIVORCIARNOS DE ESE PROYECTO.
Y sucede en un negocio, proyecto, la contratación de un empleado nuevo, o cuando entras a trabajar a un empleo nuevo.
El ciclo de la luna de miel inicia y se termina PUNTO.
No se trata de ser pesimistas desde el principio y esperar lo peor, por supuesto que no.
La conclusión más bien podría ser: Aguas cuando creas que todo será perfecto.
Espero este articulo te acerque más a cumplir tus metas.
Soy un Coach Empresarial exitoso sólo cuando tú eres exitoso.
Sinceramente,
Víctor Salgado.
Coaching empresarial, coach de negocios, coaching de negocios, experto en pymes, victor salgado, coach empresarial, esclavo de tu negocio, asesor de pymes, negocios pyme, tips de negocio, empresario sin tiempo.
Negocios flexibles, el negocio no es lo que creías, flexibilidad en tu negocio, por qué los negocios fracasan, decepcionarte del negocio, hacer que el negocio funcione.
Comments